CEMENTERIO DE VEGUETA
Conocido también como cementerio de Las Palmas está ubicado en el límite sur del barrio de Vegueta de la capital, en un lugar que antiguamente estaba libre de edificaciones, fuera de los límites marcados por la antigua muralla de la ciudad: media fanega de terreno asentada en una esfera de cultivos de plataneras conocida como los Callejones.
Actualmente, a partir del desarrollo de la ciudad, el cementerio de Vegueta está totalmente inmerso en un ambiente urbano. Delimitado por la Avenida Alcalde Díaz Saavedra Navarro en su flanco oriental, por la calle Eufemiano Jurado en su extremo norte y oeste, mientras que por el sur donde se encuentra la fachada principal linda con la calle Callejones.
La edificación de este lugar es de 1811, cuando la epidemia de fiebre amarilla arrasó con la población de Las Palmas de Gran Canaria, dando lugar a un gran número de víctimas mortales. Esto trajo consigo la necesidad de enterrar a un gran número de difuntos, produciéndose cambios desde fines del siglo XVIII, referidas a las prácticas funerarias (Real Cédula de Carlos III que prohibía el enterramiento dentro de las iglesias). Estos hechos constituyen los motivos principales para construir el primer cementerio de la ciudad.
Al principio, el cementerio estaba formado por un terreno cuadrado cercado con tres tapias, extendiéndose el frontis en la cara sur. A mediados del siglo XIX, se comienzan con las primeras reformas importantes del inmueble, empleándose algunas innovaciones como fue el uso de nichos que irá sustituyendo poco a poco a las fosas.
En ese periodo es cuando el cementerio adopta la forma de un solar cuadrangular rodeado por altos muros, precedido de una portada que da lugar a un recinto central dividido por dos líneas perpendiculares y rodeado por cuatro calles colindantes a las tapias exteriores. Como suele ser habitual en los cementerios, el centro del recinto se distingue por una cruz monumental, en cuyas proximidades se construyen los mausoleos de las familias más adineradas de la localidad.
La portada neoclásica del cementerio de Vegueta es obra de Luján Pérez, aunque el pórtico de acceso (confeccionado en piedra con puerta de hierro) es de Manuel Ponce León. Según M.R. Hernández, ha de destacarse la factura del diseño entra en los cánones clásicos, pero la decoración y asociación con la literatura tremendista y exaltada de Mariano José de Larra, son notas que vinculan a la estética romántica. Por tanto, en la parte superior de la portada se halla una inscripción que transcribe unos versos de Larra: Templo de la verdad es el que miras/no desoigas la voz con que te advierte/que todo es ilusión menos la muerte.
Hoy en día, el cementerio de Vegueta, tiene una planta de tendencia trapezoidal y está divida en dos departamentos principales.
El primero de ellos pertenece a la zona de explanada contigua a la entrada y en ella se sitúan los panteones y mausoleos más relevantes del recinto, conectados por anchas calles. En el segundo se ubican las tumbas de aquellos que no podían levantar mausoleos y panteones, así como, en el extremo norte, el lugar del ensanche del cementerio a partir de la demanda de espacios sepulcrales. Mientras que la mayor parte del recinto está destinado a sepulturas de católicos, existía un espacio de unos 500 metros cuadrados en los que se enterró a creyentes de otras religiones y al que se accedía mediante un estrecho callejón.
En el cementerio de Vegueta, se dio sepultura a personas de familias ilustres de la ciudad, que tuvieron una gran relevancia en la historia contemporánea de Las Palmas de Gran Canaria, y de todo el archipiélago.
No obstante, al inicio del siglo XIX la edificación de cementerios conllevó al desarrollo de una escultura funeraria de capillas sepulcrales que han convertido al Cementerio de Vegueta en un verdadero museo que enriquece el valor arquitectónico del conjunto.
Las obras vigentes en el camposanto son características del Ochocientos, identificándose piezas de inspiración clásica, que conviven, con una diversidad de códigos estéticos entre los que prevalecen los medievalismos y eclecticismos. Manuel Ponce León, empleó en sus obras un lenguaje neogótico vinculado al sentido de recogimiento y espiritualidad que se trata de otorgar al lugar.
Dentro de los proyectos de este autor hay que diferenciar los de carácter público y los privados. Entre los primeros, destaca la cruz goticista de diez metros de altura que se sitúa en la parte central del llamado patio antiguo, hecha en cantería azul y compuesta por tres cuerpos, de diferentes tamaños, sentados sobre una escalinata. El primero de los cuerpos, el de mayores dimensiones e importancia, presenta pináculos y gabletes goticistas y en sus ocho caras se inscriben pasajes bíblicos. Entre las obras de carácter privado podrían destacarse las siguientes: mausoleo de la familia Manrique de Lara (1851), monumento funerario de Vázquez Bustamante (1857), Capilla decorada con ángel (1859)…
Asimismo, en él reposan los restos de personajes célebres de Gran Canaria como el doctor Chil, el alcalde López Botas, artistas como el pintor Néstor Martín Fernández de la Torre o el poeta modernista Tomás Morales, o prodigios universales como el tenor Alfredo Kraus. También descansan en este cementerio algunas de las familias más importantes de la Isla como los Manrique de Lara, los Rodríguez Quegles o la familia León y Castillo.
Igualmente, hay panteones y lápidas de personajes extranjeros que han pasado por la Isla como las decenas de italianos que murieron en el choque de dos vapores en el Puerto de La Luz, a los que se les recuerda con un monumento realizado con mármol de Carrara; la familia del ingeniero británico James Nelson, que erigió el Puerto de La Luz; la familia Gourié, de origen francés, que llegó a Gran Canaria a principios del XIX; o la tumba de Ripoche, de origen también francés y uno de los principales representantes de la burguesía grancanaria en el siglo XIX.
En definitiva, el cementerio de Vegueta es un gran ejemplo de los primeros camposantos que empiezan a crearse en las islas en los inicios del siglo XIX, siendo un modelo de alto valor histórico. Ya que en su interior puede hacerse un amplio recorrido por la historia contemporánea canaria mediante aspectos tan diversos como sus protagonistas (célebres o anónimos), los sucesos que se reflejan o los gustos artísticos plasmados en los monumentos funerarios.
El cementerio de Vegueta fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2010 por ser uno de los conjuntos patrimoniales de carácter funerario más importantes de Canarias. (Decreto 19/2010, de 25 de febrero, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento "El Cementerio de Vegueta", situado en el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria, isla de Gran Canaria, y se delimita su entorno de protección).
Pese a la declaración de BIC hace tres años, el cementerio de Vegueta no tiene Plan de Protección Especial que diga qué se puede hacer y qué no y que catalogue la protección de los elementos que lo integran. Aún no tiene fecha, según aseguran desde Canaricem, "no está, ni se le espera".
Por el momento, la única normativa oficial que rige a este ilustre camposanto es la Ley 4/1999, 15 marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias. Según esta ley, una modificación no autorizada en el uso de un Bien de Interés Cultural puede calificarse como una infracción grave o muy grave, en cuyo caso las sanciones podrían oscilar desde los 6.000 euros, hasta los 150.000 o los 600.000 euros.
Por ahora, los propietarios de las parcelas de esta necrópolis tendrán que tener paciencia con la que ven pasar el tiempo los ángeles de mirada pétrea de sus panteones.
REFERENCIAS
http://www.bic-codepa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=842:castillo-de-la-luz-o-de-las-isletas&catid=82:las-palmas-gc&Itemid=102
http://www.canariasahora.es/articulo/sociedad/entierros-bic-cementerio-vegueta/20130819124813411833.html
http://www.estodotuyo.com/2011/11/01/cementerio-de-vegueta-guardian-de-la-memoria/
Actualmente, a partir del desarrollo de la ciudad, el cementerio de Vegueta está totalmente inmerso en un ambiente urbano. Delimitado por la Avenida Alcalde Díaz Saavedra Navarro en su flanco oriental, por la calle Eufemiano Jurado en su extremo norte y oeste, mientras que por el sur donde se encuentra la fachada principal linda con la calle Callejones.
La edificación de este lugar es de 1811, cuando la epidemia de fiebre amarilla arrasó con la población de Las Palmas de Gran Canaria, dando lugar a un gran número de víctimas mortales. Esto trajo consigo la necesidad de enterrar a un gran número de difuntos, produciéndose cambios desde fines del siglo XVIII, referidas a las prácticas funerarias (Real Cédula de Carlos III que prohibía el enterramiento dentro de las iglesias). Estos hechos constituyen los motivos principales para construir el primer cementerio de la ciudad.
Al principio, el cementerio estaba formado por un terreno cuadrado cercado con tres tapias, extendiéndose el frontis en la cara sur. A mediados del siglo XIX, se comienzan con las primeras reformas importantes del inmueble, empleándose algunas innovaciones como fue el uso de nichos que irá sustituyendo poco a poco a las fosas.
En ese periodo es cuando el cementerio adopta la forma de un solar cuadrangular rodeado por altos muros, precedido de una portada que da lugar a un recinto central dividido por dos líneas perpendiculares y rodeado por cuatro calles colindantes a las tapias exteriores. Como suele ser habitual en los cementerios, el centro del recinto se distingue por una cruz monumental, en cuyas proximidades se construyen los mausoleos de las familias más adineradas de la localidad.
La portada neoclásica del cementerio de Vegueta es obra de Luján Pérez, aunque el pórtico de acceso (confeccionado en piedra con puerta de hierro) es de Manuel Ponce León. Según M.R. Hernández, ha de destacarse la factura del diseño entra en los cánones clásicos, pero la decoración y asociación con la literatura tremendista y exaltada de Mariano José de Larra, son notas que vinculan a la estética romántica. Por tanto, en la parte superior de la portada se halla una inscripción que transcribe unos versos de Larra: Templo de la verdad es el que miras/no desoigas la voz con que te advierte/que todo es ilusión menos la muerte.
Hoy en día, el cementerio de Vegueta, tiene una planta de tendencia trapezoidal y está divida en dos departamentos principales.
El primero de ellos pertenece a la zona de explanada contigua a la entrada y en ella se sitúan los panteones y mausoleos más relevantes del recinto, conectados por anchas calles. En el segundo se ubican las tumbas de aquellos que no podían levantar mausoleos y panteones, así como, en el extremo norte, el lugar del ensanche del cementerio a partir de la demanda de espacios sepulcrales. Mientras que la mayor parte del recinto está destinado a sepulturas de católicos, existía un espacio de unos 500 metros cuadrados en los que se enterró a creyentes de otras religiones y al que se accedía mediante un estrecho callejón.
En el cementerio de Vegueta, se dio sepultura a personas de familias ilustres de la ciudad, que tuvieron una gran relevancia en la historia contemporánea de Las Palmas de Gran Canaria, y de todo el archipiélago.
No obstante, al inicio del siglo XIX la edificación de cementerios conllevó al desarrollo de una escultura funeraria de capillas sepulcrales que han convertido al Cementerio de Vegueta en un verdadero museo que enriquece el valor arquitectónico del conjunto.
Las obras vigentes en el camposanto son características del Ochocientos, identificándose piezas de inspiración clásica, que conviven, con una diversidad de códigos estéticos entre los que prevalecen los medievalismos y eclecticismos. Manuel Ponce León, empleó en sus obras un lenguaje neogótico vinculado al sentido de recogimiento y espiritualidad que se trata de otorgar al lugar.
Dentro de los proyectos de este autor hay que diferenciar los de carácter público y los privados. Entre los primeros, destaca la cruz goticista de diez metros de altura que se sitúa en la parte central del llamado patio antiguo, hecha en cantería azul y compuesta por tres cuerpos, de diferentes tamaños, sentados sobre una escalinata. El primero de los cuerpos, el de mayores dimensiones e importancia, presenta pináculos y gabletes goticistas y en sus ocho caras se inscriben pasajes bíblicos. Entre las obras de carácter privado podrían destacarse las siguientes: mausoleo de la familia Manrique de Lara (1851), monumento funerario de Vázquez Bustamante (1857), Capilla decorada con ángel (1859)…
Asimismo, en él reposan los restos de personajes célebres de Gran Canaria como el doctor Chil, el alcalde López Botas, artistas como el pintor Néstor Martín Fernández de la Torre o el poeta modernista Tomás Morales, o prodigios universales como el tenor Alfredo Kraus. También descansan en este cementerio algunas de las familias más importantes de la Isla como los Manrique de Lara, los Rodríguez Quegles o la familia León y Castillo.
Igualmente, hay panteones y lápidas de personajes extranjeros que han pasado por la Isla como las decenas de italianos que murieron en el choque de dos vapores en el Puerto de La Luz, a los que se les recuerda con un monumento realizado con mármol de Carrara; la familia del ingeniero británico James Nelson, que erigió el Puerto de La Luz; la familia Gourié, de origen francés, que llegó a Gran Canaria a principios del XIX; o la tumba de Ripoche, de origen también francés y uno de los principales representantes de la burguesía grancanaria en el siglo XIX.
En definitiva, el cementerio de Vegueta es un gran ejemplo de los primeros camposantos que empiezan a crearse en las islas en los inicios del siglo XIX, siendo un modelo de alto valor histórico. Ya que en su interior puede hacerse un amplio recorrido por la historia contemporánea canaria mediante aspectos tan diversos como sus protagonistas (célebres o anónimos), los sucesos que se reflejan o los gustos artísticos plasmados en los monumentos funerarios.
El cementerio de Vegueta fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2010 por ser uno de los conjuntos patrimoniales de carácter funerario más importantes de Canarias. (Decreto 19/2010, de 25 de febrero, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento "El Cementerio de Vegueta", situado en el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria, isla de Gran Canaria, y se delimita su entorno de protección).
Pese a la declaración de BIC hace tres años, el cementerio de Vegueta no tiene Plan de Protección Especial que diga qué se puede hacer y qué no y que catalogue la protección de los elementos que lo integran. Aún no tiene fecha, según aseguran desde Canaricem, "no está, ni se le espera".
Por el momento, la única normativa oficial que rige a este ilustre camposanto es la Ley 4/1999, 15 marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias. Según esta ley, una modificación no autorizada en el uso de un Bien de Interés Cultural puede calificarse como una infracción grave o muy grave, en cuyo caso las sanciones podrían oscilar desde los 6.000 euros, hasta los 150.000 o los 600.000 euros.
Por ahora, los propietarios de las parcelas de esta necrópolis tendrán que tener paciencia con la que ven pasar el tiempo los ángeles de mirada pétrea de sus panteones.
REFERENCIAS
http://www.bic-codepa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=842:castillo-de-la-luz-o-de-las-isletas&catid=82:las-palmas-gc&Itemid=102
http://www.canariasahora.es/articulo/sociedad/entierros-bic-cementerio-vegueta/20130819124813411833.html
http://www.estodotuyo.com/2011/11/01/cementerio-de-vegueta-guardian-de-la-memoria/